TEST: Sillín Selle Italia Flite 1990

Selle Italia Flite 1990 testCon casi 130 años de historia, Selle Italia ha construido temporada a temporada un rico legado de productos. Su sillines de bicicleta han marcado durante décadas las tendencias en este componente dentro del mundo de ciclismo.

Aunque su evolución ha sido más que notable con el paso de los años, hay modelos concretos que por su impacto han marcado un antes y un después para la empresa italiana. Uno de ellos es el mítico Flite, que nació en 1990 y que supuso una revolución al ser el primer sillín con raíles a la vista. Esto influyó en gran medida a productos venideros tanto de la propia Selle Italia como de otras marcas.

Para rendir homenaje a este innovado modelo, la firma de Casella d’Asolo lanzó a finales del año pasado una nueva versión dentro de su colección Heritage: la Flite 1990. Esta variante se une a otras de este modelo que ya figuraban en esta gama de sillines vintage: Flite Racer, Flite Bullit y Flite Bonnie, este último que ya probamos también anteriormente en TopBici.

Vintage pero actual

Selle Italia Flite 1990 reviewEl nuevo Selle Italia Flite 1990 luce un estilo clásico de líneas limpias y diseño minimalista. Esbelto y elegante, combina una imagen retro con materiales y soluciones actuales para ofrecer buenas prestaciones.

Así, su cubierta es de cuero negro real y dispone de ligeros raíles de titanio. Los logotipos antiguos de ‘Flite’ en amarillo en la punta y ‘Selle Italia’ en rojo en la parte trasera aportan un poco de colorido y distinción.

De todas formas, su enfoque no es esencialmente deportivo ni busca ofrecer el mayor rendimiento posible sobre la bici, sino darle un toque vintage y de clase. Por ello encaja igual de bien en bicicletas de carreteras como en urbanas.

Este sillín fabricado a mano tiene unas medidas de 146 milímetros de ancho (talla L1) por 280 mm de largo. Su peso es de 230 gramos, cifra más que correcta para un modelo de estas características. En cuanto a su precio, cuesta 119,90 euros, tarifa bastante asequible para un producto especial como éste.

Flite 1990 vs Flite Boost

Selle Italia Flite 1990 pruebaComo decíamos anteriormente, los sillines de bicicleta han evolucionado mucho a lo largo de los años. Formas, materiales y características técnicas los hacen ahora más ligeros, cómodos y de mayores prestaciones.

Si comparamos el Flite 1990 pionero en esta familia de sillines con el actual Flite Boost, las diferencias son considerables e influyen en nuestras sensaciones sobre él. Para empezar las nuevas versiones Boost son más cortas (250 mm) y se ofrecen en dos tallas: S3 (135 mm de anchura) y L3 (145 mm).

La nariz más larga (30 mm adicionales) y puntiaguda del Flite 1990 se nota, aunque tampoco molesta durante el pedaleo, ni mucho menos. Cuestión de gustos preferir una punta más corta o larga.

También hay que destacar que casi todas las versiones del Flite Boost cuentan con apertura central Superflow, lo que aporta una notable reducción de presión en esta zona. Este hecho unido con el acolchado un poco más duro del Flite 1990 y unas formas menos ergonómicas lo hacen menos confortable, como era de esperar por otra parte en un sillín retro.

Aún así, el Flite 1990 no es incómodo para nada. Hay que tener en cuenta, además, que por su enfoque lo utilizaremos en salidas y desplazamientos más cortos, en lugar de en rutas largas. Por ello, es un sillín más para lucir y hacer lucir tu bicicleta que para hacer muchos kilómetros sobre él como en un modelo estándar de hoy en día.

Ligero y económico

Selle Italia Flite 1990 titaniumPor lo que respecta al peso, si lo comparamos con el Flite Boost TI 316 Superflow en talla L3, el más equivalente por el material de sus raíles y tamaño (y que también probamos hace tiempo en TopBici), el Flite 1990 pesa sólo 31 gramos más aun sin tener apertura central.

Y por añadir una referencia más, el precio del Flite Boost TI 316 Superflow moderno es de 229,90 euros, 110 € más, casi el doble. Esta tarifa hace del modelo Heritage una buena opción para cambiar y dar un toque diferente a aquella bicicleta que no utilizas tanto, pero que quieres coger de vez en cuando, por ejemplo.

A pesar de todos estos datos y comparaciones, elegir un modelo como el Flite 1990 dependerá mucho más de gustos personales y de un factor estético que de prestaciones o cifras concretas. Lo vintage está de moda y un sillín así atraerá miradas y provocará comentarios, algo que también gusta a muchos ciclistas.

 VALORACIÓN

+ Positivo: Estética · Ligereza · Precio

– Negativo: Confort no comparable a un sillín moderno

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Autor: Fran García

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