Teruel se ha hecho un nombre dentro del cicloturismo especialmente gracias a la popularización de la ruta Montañas Vacías. De todas formas, ésta no es la única propuesta de la provincia aragonesa, que amplía su oferta para los amantes del bikepacking con nuevos recorridos.
Uno de ellos es La Corraliza, ruta que transcurre por las comarcas de Cuencas Mineras y Andorra–Sierra de Arcos. Se trata de un destino ideal para quienes buscan desconexión y autenticidad a lomos de su bicicleta.
Inspirada en el fenómeno de Montañas Vacías, La Corraliza nace para mostrar la riqueza paisajística y cultural de esta zona de Teruel. Su objetivo es ofrecer al ciclista un viaje en el espacio y en el tiempo por paisajes únicos y un territorio que resiste al abandono.
466 kilómetros por el corazón minero de Teruel
La Corraliza es una ruta diseñada para bicicletas de gravel o mountain bike. El recorrido, de 466 kilómetros y un desnivel positivo acumulado de 8.490 metros, se desarrolla principalmente por caminos agrícolas, pistas forestales y carreteras secundarias con muy poco tráfico.
Aunque los ciclistas pueden plantearse la ruta según su capacidad y preferencias, La Corraliza propone siete etapas para quienes prefieren viajar sin prisa y dedicar tiempo al turismo cultural.
El itinerario forma un gran bucle con inicio y final en Utrillas, capital de las Cuencas Mineras. Pasa por localidades como Martín del Río, Armillas, Obón, Alcaine, Segura de los Baños, Huesa del Común, Muniesa, Ariño, Andorra, Alloza, Oliete, Estercuel, Montalbán, Ejulve y Aliaga.
El trazado recorre terrenos muy variados, desde planicies a escarpados relieves, con ascensos destacados como la sierra de Sant Just (el punto más alto de la ruta, con 1.547 m) o el alto de San Cristóbal. Los tramos más técnicos cuentan con variantes alternativas que facilitan el acceso a ciclistas que se inician en el bikepacking.
Etapas de La Corraliza
A continuación, os mostramos el recorrido, distancia y metros de ascenso y descenso de cada una de las siete etapas de La Corraliza:
- Utrillas – Alcaine: 59,6 km ➚ 890 m ➘ 1.140 m
- Alcaine – Muniesa: 95,7 km ➚ 1.440 m ➘ 1.330 m
- Muniesa – Andorra: 58,2 km ➚ 940 m ➘ 1.020 m
- Andorra – Montalbán: 85 km ➚ 1.440 m ➘ 1.320 m
- Montalbán – Ejulve: 50 km ➚ 1.240 m ➘ 1.000 m
- Ejulve – Aliaga: 69,2 km ➚ 1.740 m ➘ 1.700 m
- Aliaga – Utrillas: 43,1 km ➚ 730 m ➘ 900 m
Puertos de montaña y subidas
Y éstas son las principales subidas y puertos de montaña de la ruta cicloturista La Corraliza:
- Subida a Armillas desde Vivel del Río Martín: 5,7 km y 256 m+
- Subida a Cortes desde el río Seco: 4,8 km y 234 m+
- Puerto de Rudilla (carretera): 2,2 km y 99 m+
- Subida a la sierra de Arcos desde Ariño: 5,8 km y 349 m+
- Subida a la sierra de San Just desde Montalbán: 13 km y 684 m+
- Puerto de Majalinos (carretera): 7,7 km y 319 m+
- Subida al alto de San Cristóbal desde Montoro de Mezquita: 8,8 km y 560 m+
Paisaje e historia
El nombre de la ruta no es casual. La Corraliza surge de la observación de los antiguos corrales hoy en desuso y cuyas piedras resisten aún al paso del tiempo. Son símbolos de una vida agroganadera casi extinguida, marcada por el esfuerzo y la subsistencia.
En un momento en el que muchos ciclistas huyen de la masificación, La Corraliza convierte la baja densidad de estas comarcas en su mayor atractivo. Recorrerlas es viajar hacia atrás en el tiempo. Es descubrir un paisaje cultural que se mantiene vivo pese a la despoblación.
El proyecto es un ejemplo de resistencia. Busca generar valor sin desarraigar, demostrando que el desarrollo y la conservación pueden avanzar juntos. El ciclista que se adentra en La Corraliza busca precisamente esa lejanía para disfrutar de:
Paisajes singulares: Barrancos, cañones fluviales, pinares y cultivos tradicionales como el olivar o el almendro conforman un entorno de gran valor paisajístico y e interés geológico. Destacan lugares emblemáticos como la sima de San Pedro en Oliete o los Órganos de Montoro en Villarluengo, testigos de un paisaje modelado por el tiempo profundo.- Riqueza histórica: El recorrido refleja el legado minero y pastoril de las comarcas, donde conviven arte rupestre, arquitectura medieval y patrimonio mudéjar. El Parque Cultural del Río Martín atraviesa parte del trazado y conecta al viajero con un pasado cuyas huellas siguen vivas en lugares como Montalbán, Alcaine, Oliete o Ariño.
Turismo sostenible
Por todo ello, La Corraliza no es sólo una ruta ciclista. Es también un motor de vertebración territorial. Al pasar por numerosos pueblos, fomenta un turismo consciente que repercute directamente en la economía local.
En la web de La Corraliza se ofrece una guía detallada de servicios con opciones de alojamiento y restauración en las localidades del recorrido. En la mayoría de los pequeños núcleos, el viajero encontrará al menos un teleclub o bar social. Cada vez es más común la fórmula del multiservicio rural, que puede llegar a combinar albergue, tienda, bar y punto de información turística. Estos espacios, que garantizan servicios básicos y ayudan a fijar población en los municipios más pequeños, serán también buenos aliados para el cicloturista.
En definitiva, el proyecto es una declaración de amor hacia estas comarcas. Aspira a consolidarse como un modelo de desarrollo sostenible ligado al cicloturismo. Su propósito es atraer visitantes y fortalecer el vínculo entre quienes visitan el territorio y quienes lo habitan.
La Corraliza busca reactivar el orgullo local y preservar la identidad cultural de la zona. Es una forma de resistencia activa frente al olvido, una invitación a redescubrir la belleza de lo esencial y a entender que pedalear por estos paisajes es también una manera de cuidarlos.
Perfil de las etapas de La Corraliza
- Etapa 1
- Etapa 2
- Etapa 3
- Etapa 4
- Etapa 5
- Etapa 6
- Etapa 7


















