El ciclismo se ha convertido en una de las actividades favoritas para las familias que buscan disfrutar del aire libre y explorar nuevos paisajes de manera sostenible. Una alternativa de turismo a pedales en el que las Vías Verdes encajan a la perfección.
Se trata de una red de 138 rutas con más de 3.500 kilómetros que recorren antiguos trazados ferroviarios ya en desuso como el de la Vía Verde Ojos Negros, que une Teruel con el Mar Mediterráneo. Y justo en medio de esta ruta, la provincia de Castellón acoge uno de los tramos más atractivos para el cicloturismo familiar, en el que convertir una jornada en bici en una experiencia inolvidable para niños y adultos.
Historia de la Vía Verde Ojos Negros
La Vía Verde Ojos Negros debe su nombre a una antigua mina de carbón ubicada en la localidad de Ojos Negros, en Teruel. Esta vía ferroviaria fue construida a principios del siglo XX para transportar el carbón hasta el puerto de Sagunto. Tras el cierre de la línea ferroviaria en los años 70, el trazado quedó en desuso hasta que fue transformado en Vía Verde, convirtiéndose en un recorrido cicloturístico que ofrece paisajes espectaculares y un acceso seguro para ciclistas de todas las edades.
Con sus 160 kilómetros de longitud, es la vía verde más larga de España y está dividida en dos tramos principales: uno que abarca desde Ojos Negros hasta Barracas, y el segundo que recorre la provincia de Castellón desde Barracas hasta el Mediterráneo, pasando por las localidades de Torás, Caudiel, Benafer, Viver, Jérica, Navajas, Altura, Segorbe, Soneja y Sot de Ferrer.
Un recorrido para todos los niveles
Una de las grandes ventajas de la Vía Verde Ojos Negros es que se adapta a todos los niveles de ciclistas, desde los más pequeños hasta los más experimentados. La ruta tiene desnivel negativo y es prácticamente llana, aunque nos encontraremos con pendientes en algunos tramos.
No obstante, el tramo que une Barracas y Sot de Ferrer se presenta como uno de los más asequibles para un amplio abanico de ciclistas de todas las edades y condiciones físicas. Con alrededor de 55 kilómetros de recorrido, este trayecto es uno de los más populares para las familias, ya que ofrece un recorrido sin desniveles significativos y con abundantes áreas de descanso.
Un buen punto de partida con zona de aparcamiento es la estación de Barracas. Desde aquí, los ciclistas pueden comenzar su ruta hacia el sur, disfrutando de un camino sin complicaciones. Asimismo, ofrece una fácil accesibilidad desde diferentes puntos de la provincia, con servicios de taxi y porta bicis, que permite acceder al punto de salida con total comodidad, para comenzar el camino con rumbo al punto donde hemos dejado nuestro vehículo.
Ubicado en plena comarca del Alto Palancia, este tramo de la Vía Verde Ojos Negros cuenta con un firme en muy buen estado perfectamente acompañado de un destacable despliegue de señalítica. Ésta nos mantiene informados en todo momento de dónde estamos y las distancias kilométricas con los siguientes puntos de destino.
Todo ello a lo largo de un paisaje en continuo cambio: de los vastos campos de cereales iniciales a los exuberantes pinares y arboledas tan característicos de las zonas de Viver, Jérica o Navajas, entre otros municipios, o la majestuosidad del parque eólico junto al que transcurre parte de la ruta, especialmente emocionantes para los niños.
Túneles, puentes y viaductos
Pero una de las notas características de Ojos Negros son los numerosos túneles, puentes y viaductos con los que nos encontraremos. La práctica totalidad cuentan con un práctico sistema de iluminación por detector de presencia e incluso con interruptores en la entrada, aunque siempre hay que circular con las luces para las bicicletas tanto por seguridad, como por la posibilidad de encontrar algún túnel en el que fallen las luces.
El túnel de Caudiel, de casi 400 metros, es uno de los más largos y es una experiencia de lo más divertida para los pequeños aventureros. Éstos también se sorprenderán con un antiguo búnker nido de ametralladoras de la Guerra Civil ubicado en el término municipal de esta misma localidad.
Asimismo, cuenta con numerosos puntos de interés turístico muy cercanos a la propia vía muy recomendables de visitar, como el casco urbano de Jérica y su torre mudéjar, o las encantadoras calles de Navajas y su espectacular paraje natural del Salto de la Novia: una cascada de 30 metros de altura que forma parte del curso del río Palancia, y un punto de obligada parada donde descansar y disfrutar de un entorno impresionante. A tan sólo 2 kilómetros de Navajas nos encontraremos con el Mirador del Regajo sobre el embalse que lleva el mismo nombre, ya en pleno Parque Natural de la Sierra de Espadán.
Desde aquí, la mirada se fijará en Altura y en un casi obligado desvío a Segorbe, un enclave con un especial encanto gracias a sus murallas, torres y acueducto que delatan origen hispanorromano. A continuación, afrontaremos el último tramo de la vía pasando muy cerca de otras localidades como Geldo, Soneja y Sot de Ferrer como último referente castellonense de la Vía Verde Ojos Negros.
Una ruta para repetir
En definitiva, la Vía Verde Ojos Negros es mucho más que un recorrido cicloturístico, es una experiencia completa que combina deporte, naturaleza y tiempo de calidad en familia. Su fácil acceso, su seguridad y la belleza de sus paisajes la convierten en el destino perfecto para una escapada de fin de semana o un día de aventura. Tanto si eres un ciclista experimentado como si estás buscando una actividad nueva para disfrutar con los ciclistas más jóvenes, esta Vía Verde te garantizará momentos inolvidables.
La presente actuación se enmarca en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España, financiado por la Unión Europea-Next Generation-EU. Esta ayuda se incardina en el Componente 14 Inversión 1 del Plan de Recuperación, denominado «Transformación del Modelo Turístico hacia la Sostenibilidad”.