Helsinki es una de las ciudades que ofrecen mayor calidad de vida del mundo. Contrariamente a lo que se cree, su clima frío durante buena parte del año no impide llevar un estilo de vida sano y disfrutar de una naturaleza, que lo envuelve todo. Desde el sillín de la bicicleta nos será fácil y cómodo descubrir los rincones más interesantes de la capital finlandesa, donde la tranquilidad nos acompañará en todo momento.
Helsinki es sin duda una de las ciudades del norte de Europa más amables para el cicloturista. Visitarla y conocerla sobre dos ruedas es una de las mejores maneras posibles de hacerlo, ya que la bicicleta es un elemento más del paisaje urbano. Cerca de 750 kilómetros de carriles bici, itinerarios específicos, señales, aparcamientos… en la ciudad báltica encontrarás todo lo necesario para moverte sobre dos ruedas con facilidad y seguridad.
Además, pese a ser la capital del país, Helsinki es un lugar donde las prisas, el tráfico y el estrés no tienen cabida, al menos en comparación con las bulliciosas ciudades españolas. Su tamaño medio (unos 580.000 habitantes y poco más de 1 millón junto a las localidades del área metropolitana), y la educación y el respeto de sus gentes hacia los ciclistas hacen de ella un lugar idóneo para pedalear.
Una de las primeras cosas de las que se dará cuenta el visitante cuando llegue a Helsinki es la sensación de amplitud que se tiene en todo momento. Sus sobrios edificios no son demasiado altos, y las calles y avenidas son anchas. Esto, unido a la gran cantidad de zonas verdes, la cercanía de bosques y el estar situada a orillas del mar, hace que la ciudad se funda con el entorno de manera más natural. Cabe decir también que la fachada litoral de Helsinki cuenta con cerca de 100 km y más de 300 islas.
Además, debemos tener en cuenta que el terreno es prácticamente llano en su totalidad, por lo que podremos hacer muchos kilómetros sin excesivo esfuerzo, aunque las distancias sean bastante cortas en general.
Clima y temperatura
Como ya hemos mencionado, su dura climatología durante buena parte del año no impide que la ciudad siga su ritmo, ya que tanto ella como sus habitantes están habituados a las bajas temperaturas y la nieve. Lógicamente, en los meses de invierno nos será menos plácido descubrir los encantos de Helsinki en bicicleta. De todas formas, además de en verano, cuando las temperaturas superan los 20 grados de media, incluso en primavera u otoño podremos pedalear por las calles de la ciudad sin problemas, como hacen muchos de sus habitantes para desplazarse diariamente. Simplemente deberemos tener en cuenta algunas lógicas consideraciones, como llevar a mano ropa de abrigo o alguna prenda impermeable para hacer frente a las lluvias habituales.
Otro aspecto a considerar son las horas de sol diarias. Al encontrarse tan al norte, en los inviernos la luz del sol es escasa, mientras que en los veranos ocurre todo lo contrario y los días son muy largos, por lo que los podremos aprovechar mejor.
Bicicletas para elegir
En cuanto a la bicicleta, si no hemos viajado con ella, no nos será difícil hacernos con una allí, ya que incluso algunos hoteles disponen de unidades para los clientes. En Helsinki existen numerosos locales donde podremos alquilar todo tipo de modelos: de carretera, montaña, fixies, retro y, sobre todo, urbanas, que son las que más se ven por las calles, al igual que en la mayoría de países del centro y el norte de Europa. Además, en estos establecimientos podremos equiparnos no sólo con una bici, sino que también con todo lo necesario para disfrutarla con tranquilidad: antirrobos, casco, mapas…
Cabe destacar que Helsinki es una ciudad muy tranquila y segura, por lo que podremos dejar nuestra bicicleta en la calle con plena confianza. De todas formas, unas mínimas medidas de seguridad nunca están de más, así que atar la bici correctamente sigue siendo recomendable.
Rodeando la ciudad
Como en toda gran ciudad, las rutas que podemos seguir para descubrir lo más destacado que ofrece Helsinki son innumerables. Dependiendo de los gustos, el tiempo disponible o las ganas de pedalear se pueden elegir unos recorridos u otros, por lo que recomendamos que cada cual investigue primero qué es lo que quiere visitar antes de definir un plan de viaje.
El que nosotros os proponemos recorre prácticamente todo el centro de la ciudad pasando por los puntos de interés más destacados y bordeando también su costa, por lo que nos dará una idea general de lo que ofrece la capital de Finlandia. En total serán menos de 20 km y lógicamente el tiempo que tardaremos en recorrerlo dependerá del ritmo y lo que nos paremos en cada lugar.
Un buen punto de partida puede ser la Estación Central de Ferrocarril, en el corazón de la ciudad, que además es uno de los edificios más característicos de Helsinki. Desde allí tomaremos dirección norte por la avenida Mannerheimintie, donde ya en los primeros metros dejaremos a nuestra derecha el Museo de Arte Contemporáneo Kiasma y a la izquierda el Parlamento del país nórdico.
Un poco más adelante, aún en esta misma vía, pedalearemos entre el Museo Nacional y la Casa de Finlandia, para, una vez dejados atrás, meternos a la derecha y tomar el carril bici que rodea el lago Töölönlahti. Éste es uno de los lugares preferidos por los habitantes de Helsinki para pasear y relajarse. Cuando lleguemos al edificio de la Opera Nacional dejaremos este carril bici, ya casi en el extremo del lago, para retornar a Mannerheimvägen en dirección a las afueras de la ciudad.
No muy lejos de allí, el siguiente punto de interés al que llegaremos será el Estadio Olímpico, que albergó los Juegos de 1952 y aún sigue a pleno rendimiento. Su torre de 72 metros de altura ofrece una gran panorámica de la ciudad. Allí, junto a otras instalaciones deportivas, se encuentra también el Museo Nacional del Deporte, con una colección de miles de objetos y fotografías históricas.
Llegados hasta aquí, siempre por carriles bici señalizados, regresaremos en dirección al centro de la ciudad para volver al parque Töölönlahti por donde lo dejamos, cerca del invernadero de plantas. Seguiremos bordeando el lago y pasaremos por Linnunlaulu, una zona donde aún se conservan viejas casas de madera tradicionales. En este tramo tendremos a nuestra izquierda las vías de tren que llegan a la Estación Central y que atravesaremos antes de dar la vuelta completa al lago para luego seguirlas por el otro lado hasta el centro de la ciudad, concretamente hasta el Teatro Nacional y la plaza Rautatientori.
En pleno centro de Helsinki, podemos tomar por ejemplo calles como Yliopistokatu o Alexanterinkatu para acercarnos hasta la catedral. Ambas son algunas de las más comerciales de toda la ciudad y en ellas el trasiego de gente es constante. La siguiente parada y seguramente la más obligada de todas es la de la plaza del Senado y la Catedral. Este conjunto de estilo neoclásico imperial está formado también por el Consejo de Estado, la Universidad y la Biblioteca Nacional, y fue construido entre 1822 y 1852. Anteriormente allí se encontraba el ayuntamiento, el mercado, la iglesia y el cementerio.
A la orilla del Báltico
Desde allí nuestro siguiente destino será ya la línea del mar, que se encuentra muy cerca. Podemos subir un poco para llegar a la zona de muelles de Tervasaari, cerca del Museo Militar, para ya seguir pedaleando casi lo que resta de ruta con el mar Báltico a nuestra izquierda. Siguiendo los omnipresentes carriles bici, pasaremos por diferentes muelles de la zona portuaria, donde veremos pequeñas embarcaciones de recreo, navíos antiguos, ferris que nos llevan a islas cercanas, rompehielos o grandes barcos que enlazan Helsinki con capitales cercanas.
Al seguir al borde del agua, rodearemos una pequeña península que nos devolverá hasta otro de los centros neurálgicos de la ciudad: la plaza del Mercado. Además de poder comprar artesanía local u objetos típicos del país, allí también podremos hacer un alto en el camino para reponer fuerzas, ya que encontraremos numerosos puestos de comida.
En esta plaza y los alrededores se encuentran edificios como la Catedral de Upenski, que es la iglesia ortodoxa más grande de Europa Occidental; el Palacio Presidencial; el Ayuntamiento; el Museo Municipal; o el propio Mercado Viejo, que data de 1889 y bajo su techo aún alberga tiendas de delicias locales. De la plaza también parte del Paseo Esplanadi, una avenida-parque muy popular en Helsinki.
Después de la parada en la plaza del Mercado, seguiremos pedaleando al borde del puerto alejándonos rápidamente del bullicio. Conforme avanzamos los espacios se abren poco a poco y dejamos atrás edificios, tráfico y barcos para rodar en una zona verde muy tranquila. Kaivopuisto, el gran parque que se extiende en la zona sur de la ciudad junto al mar, nos recuerda nuevamente que en Helsinki es fácil relajarse haciendo ejercicio.
El carril bici que recorremos pasa un poco más adelante al lado de un muelle deportivo con embarcaciones de recreo. Enfrente, dentro del mar y a pocos metros, se encuentran pequeñas islas, muchas de las cuales cuentan con excelentes restaurantes donde poder degustar la cocina finlandesa.
Una vez se acaba este gran parque que transcurre a lo largo del litoral marino, tomamos de nuevo dirección hacia el centro de la ciudad, con la Estación Central de Ferrocarril, que fue el punto de inicio de nuestra ruta, también como destino final de ésta. Quizás esta parte de la ciudad no sea tan atractiva, pero también nos servirá para conocer la realidad de Helsinki.
En las afueras
Además de recorrer las calles de la capital de Finlandia y contemplar sus monumentos y lugares destacados, si viajamos hasta Helsinki hay una visita que no debemos perdernos. Hablamos de la isla de Summenlinna, que alberga una de las fortalezas marítimas más grandes del mundo. Está situada enfrente de su litoral, apenas a 15 minutos en ferry desde la plaza del Mercado, donde podemos embarcar a lo largo de todo el día. Además, el viaje hasta allí nos permitirá observar Helsinki desde el mar y nos ofrecerá una bella panorámica del entorno.
Esta construcción defensiva, incluida en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, fue levantada en los siglos XVIII y XIX para proteger la ciudad y su comercio marítimo. Hoy en día, además de visitar algunos de los edificios militares que se encuentran en ella, también podremos disfrutar de sus museos, cafeterías o restaurantes.
Volviendo a tierra firme, desde la ciudad también podemos hacer otras salidas interesantes hacia localidades cercanas. Nos será fácil por ejemplo llegar en carril bici a las colindantes Espoo y Vantaa. Un poco más lejos, pero en una excursión aún más interesante si cabe, se encuentra Porvoo, la segunda ciudad más antigua de Finlandia y una de las más bonitas y atractivas para los turistas.
Pero si lo que queremos hacer es comenzar una ruta larga de varios días también tenemos opciones. La más popular es quizás la Ruta del Rey, que une Helsinki con Turku, la anterior capital del país, a lo largo de unos 250 km. Este bello trayecto por la costa sur de Finlandia se ha utilizado desde el siglo XIV y está adaptado para los cicloturistas. Como vemos, no faltan opciones ni atractivos para animarnos a conocer un país como Finlandia, diferente y espectacular sobre todo por su naturaleza.
Galería de fotos
FOTOS: Judith Viaño