Que la bicicleta es deporte ya hace unas cuantas décadas que lo tenemos todos claro. El caso es que no hace tanto que se ha convertido en símbolo de salud, sostenibilidad y diseño. La bici es cultura. Uno incluso puede decirlo en público sin sonrojarse. Sin ánimo de querer liar todavía más la cosa, me atrevo a decir que a la bicicleta también le podemos colgar el atributo de la solidaridad. Tengo pruebas como la reciente puesta de largo de la fundación Bicicletas Sin Fronteras en la Fábrica Moritz de Barcelona.
Se trata de un proyecto levantado hace poco más de un año por Romà Boulé y en el cual se enroló enseguida un mito de las dos ruedas como es Ot Pi (a quien este nombre no le diga nada, ¡que corra a la Wikipedia! Ganó el Mundial de BikeTrial hasta 12 veces). El caso es que Bicicletas Sin Fronteras da una segunda vida a bicis que habían sido tiradas o abandonadas. Una segunda vida para que la disfruten niños y niñas que tendrían complicado poder montar en una.
La fundación tiene ahora mismo distintos proyectos en marcha. En casa y también fuera. Durante la presentación de Bicicletas Sin Fronteras, por ejemplo, se entregaron 17 bicis a la Fundació Ubuntu, 5 a la Fundació Catalana de Síndrome de Down y 5 más al centro de salud mental para adultos Fundació Tres Turons. El objetivo con el que se trabaja: promover la autonomía de personad en riesgo de exclusión social.
Biciathlón Sin Fronteras
El acto de Bicicletas Sin Fronteras en la Fábrica Moritz de Barcelona sirvió también para presentar la primera Biciathlón Sin Fronteras, que tendrá lugar en Figueres (Girona) el domingo 22 de junio. Se trata de un paseo en bicicleta destinado a recoger fondos para la fundación. De hecho, el precio de la inscripción es de 24 euros, con lo que cada participante apadrina como mínimo media bici. También es posible hacer un donativo más elevado, para lo cual se ha habilitado una fila cero.
En lo referente al pedaleo, que nadie sufra. Para que cada uno encuentre un recorrido que se ajuste a sus ganas de pedalear, o a su estado de forma, la organización habilitará dos trazados: el deportivo y el familiar. El caso es que, tanto si se completa uno como el otro, las energías irán a parar a una causa solidaria. Y es que, yo ya lo decía, podemos colgar sin miedo un nuevo atributo a la bicicleta.